El criminal selecciona su víctima mediante lo que se le llama un proceso de legitimación. Según la teoría el ofensor redefine su conducta utilizando un proceso de racionalización que le descarga de cualquier sentimiento de culpa, excusando su comportamiento de varias formas como:
Ø Devaluando a la victima al asegurarse de que merece la agresión por no poseer valor alguno en si misma o por haber actuado en forma que le es merecida la agresión
Ø Negando a la victima convencido de que esta no sufrirá o que es la agresión lo que realmente desea
Ø Redefiniendo su conducta no como un acto criminal, sino como justiciero o retributivo
Ø Considerando injusta la ley que prohíbe o exige la conducta, por lo que se justifica su actuación.
Este proceso ocurre antes, durante y después del delito por lo cual el delincuente no tiene tiempo para desarrollar sentimiento alguno de culpa. Mientras que las excusas le están disponibles en la personalidad de la víctima, con mayor facilidad será victimizada. También se dice que hay victimas legitimadas; esto son víctimas que culturalmente aceptan la agresión, violencia y la victimización. Por ejemplos, aquellas sociedades es en el que el hombre es un ente dominante y se ve natural el que agreda a su esposa e hijos.
miércoles, 26 de septiembre de 2007
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